SOBRE EL ARTISTA

El universo del arte y de la escultura en bronce

El artista Moline nace en Francia en 1971.

Proviene de una familia cuyo padre ha tenido siempre fuertes lazos afectivos con el arte. De hecho, fue el padre del artista quien lo introdujo en el mundo del arte, a través de la de la pintura, de la escultura, del grabado, de la escultura “netsuke«… pero en ese momento, Moline, es tan sólo un espectador del arte.

No es hasta después de su paso por la escuela de Bellas Artes, en los años 90, que Moline decide ejecutar sus primeras obras. Sin embargo, su producción no lo convence lo suficiente como para tomar definitivamente el camino de la creación artística.

Nacimiento de un escultor

Su padre, al que el artista adora, cae enfermo. Es una etapa difícil. Moline acompaña a su padre durante los cuatro años que dura la enfermedad. Unos meses después de la muerte su padre, Moline cae en una fuerte depresión. Es el inicio de su replanteamiento vital y artístico.

Después de varias sesiones de modelado en barro, junto con otro artista amigo, que será de gran apoyo, Moline, decide crear a Léon. A través de este personaje, trata de exteriorizar y plasmar todo su malestar. A pesar de que el artista desea crear un personaje con aspecto agradable, se da cuenta de que Léon es una especie de autorretrato que oculta los signos de su “ruptura” interna. Moline se oculta tras Léon, una figura que encierra sencillez, simbología, cálculo y anticipación.

Para crear a Léon, un personaje divertido y lleno de significado para Moline, se inspira en la cultura japonesa por la que se siente muy atraído. En su adolescencia practicó Aïkido, arte marcial que influye y deja una profunda huella en el artista. Intenta dotar a Léon de un «toque» japonés, sin hacer desaparecer, en ningún momento, su identidad francesa. A pesar de que la indumentaria de Léon es muy francesa, no deja de recordarnos, en ciertos aspectos, la indumentaria del “hakama”.

El bautismo de “Moline” por el pintor CHANCO

Durante años, nace un fuerte vínculo entre Moline y el pintor Roland Chanco a través de la correspondencia que mantienen regularmente. Chanco encuentra las creaciones del joven artista muy interesantes y lo anima a continuar. Es en esta etapa en la que Chanco lo bautiza “Moline”, un verdadero honor para el joven artista.

La transversalidad con Dios, los materiales inalterables, la noción del tiempo. El lado místico del autor:

En su foro interno, Moline está convencido de que todo nace con Dios y que, inevitablemente, a corto o largo plazo, todo vuelve a él. Así es como entiende el artista el símbolo de Alfa y Omega. Lo que Dios concede con una mano, puede arrebatarlo cuando lo desea.

El artista, que se considera profundamente creyente, aborda sus esculturas pensando que es un simple instrumento. Pero el gesto de esculpir lo pone, al mismo tiempo, en relación con el acto de la creación de Dios. Esta es la razón por la que elige para sus esculturas materiales que considera inalterables frente al paso del tiempo como el bronce o bien la cerámica. Sobre algunas esculturas añade oro macizo, como por ejemplo la nariz de Léon en forma de falo.

A Moline le atrae también todo lo misterioso, las cosas ocultas y secretas, razón por la que introduce en sus obras ciertos signos, símbolos, números, etc.

Serie original de 8 bronces referenciados BRefArt

Léon

El artista presenta aquí una obra en cuatro bronces.

Una serie original:

La serie de bronce titulada Léon nace durante la depresión del artista en el año 2016. Esta obra original, en ocho ejemplares más cuatro Pruebas de Autor, está compuesta por cuatro series diferentes que forman una historia. La serie firmada por el artista en el pie derecho de Léon, lleva además el sello identificativo de la Fonderie de Bronze Lauragaise y está referenciada BrefArt.

De los ocho ejemplares, el artista ha realizado cuatro series que representan su evolución vital, su caída en la depresión y su recuperación. A cada Prueba de Artista le corresponden dos obras originales. En ellas explora y crea un nexo entre su caída en la depresión hasta su total recuperación.

EAI: Léon en color negro, símbolo de la caída del artista en la depresión.

EAII: En esta figura, el artista dota a Léon de una nariz en oro macizo, símbolo de su recuperación y del gusto por la vida y por el redescubrimiento del sexo.

EAIII: Léon en color dorado. Esta figura es para Moline sinónimo del trabajo y de la vitalidad que la escultura, en particular, y el arte, en general, representan para él. El restablecimiento del artista está en marcha y empiezan a surgir y a nacer nuevas ideas y proyectos artísticos.

EAIV: Léon es una paleta de colores. Moline sale de su oscura depresión y añade colores a su creación artística.

Léon:

La figura de Léon es la representación del artista durante su depresión (2016). En este período, Moline intenta expresar su malestar a través de la figura de Léon, utilizando contornos redondeados en la figura de su personaje e introduce símbolos, números, medidas, etc.

Tal como nos transmite el artista, una depresión es una enfermedad invisible a los ojos del gran público, de la propia familia y de las personas más allegadas. Moline da un aspecto divertido e irónico a su personaje Léon, para esconder tras esta figura el calvario que vive internamente. De hecho Léon le permite transmitir todas sus emociones, una experiencia de vida fuerte que a veces está cargada de negatividad para el propio artista. Moline crea y orienta su escultura de manera que ésta integre todos sus estados anímicos.

Hace de este autorretrato su antítesis. Dota a Léon de un cuerpo más bien grueso, orondo y macizo mientras que el artista es delgado, simbolizando ello un rechazo y una absoluta indiferencia hacia la figura humana y hacia su propia figura.

El hombro izquierdo de la escultura no está alineada con el derecho, dando a entender que la vida no es una línea recta sino un camino con un sin dificultades que debe afrontar.

La nariz de Léon tiene forma de sexo masculino. La depresión hace que el artista muestre un absoluto desinterés por la actividad sexual. La nariz se convierte, sin embargo, en el centro de interés de la cara de Léon. Hace de la nariz un elemento exagerado del personaje dando a entender el intento desesperado del artista por recuperar una estabilidad emocional perdida. En la cronología de la serie, la figura marcada como EAII, Moline dota a Léon con una nariz de oro macizo, lo que se convierte, ante los ojos del propio artista, en un símbolo de su primera victoria sobre la depresión retomando el gusto por la actividad sexual.

Las orejas de la figura están del revés, demostrando la incapacidad del artista de poder escuchar y de poder entender su propia existencia y su entorno.

La ausencia de boca en Léon es un detalle absolutamente consciente y voluntario por parte del artista. Quiere dar a entender que se siente incomunicado al mundo exterior. En este período de depresión la comunicación desaparece. Este mutismo deja solo al artista ante sí mismo. Es un período de introspección, Moline intenta adquirir conciencia de sus propios estados mentales, observándose y analizándose a sí mismo, interpretando y caracterizando sus propios procesos cognitivos y emotivos y plasmándolos en Léon.

El peinado de la figura contrasta con su atuendo. Mientras que la parte baja de la chaqueta y los bajos de su pantalón parecen ondear libremente a un viento que sopla de manera imaginaria, su pelo es liso e inmóvil, hierático. En el fondo, Léon es absolutamente insensible a los cambios del viento, su cuerpo no parece poder sentir ni el calor que puede transmitir un rayo de sol ni tampoco una ligera brisa.

Los bajos de la chaqueta de la cintura se unen a la altura de la cintura formando un vacío redondo dejando el abdomen al descubierto y señalando, a modo de flecha, el estómago. El artista desea hacer hincapié en este vacío redondeado dando a entender que el stress está consumiendo a Léon (y al propio artista). Durante la depresión del artista su aparato digestivo, se ve afectado debido a la alteración que sufre su sistema nervioso a causa de situaciones que tienden a generarle estrés.

También aparece en la figura el número siete, siendo una cifra que trae buena suerte y que representa, además, los siete pecados capitales o las siete grandes virtudes del bushidō (el camino del guerrero) del Samurái.

Moline es una persona creyente. Para mostrar su necesidad de ayuda así como su gratitud hacia Dios, disimula una cruz sobre las piernas de Léon. Esta cruz se asemeja también a un trébol pero, desgraciadamente, no de cuatro hojas… Este tipo de representaciones de la cruz se encuentran en diversos y diferentes trabajos del artista.

Finalmente, Moline deja clara su atracción por la cultura japonesa en la indumentaria de Léon que se asemeja, en ciertos aspectos, a los kimonos y al hakama.

Técnicas empleadas:

La técnica empleada por Moline para la creación de la serie Léon es la del modelado en bronce con técnica de cera perdida. El artista está presente en cada una de las etapas creativas: corrige el modelado en cera, cincela el bronce, realiza la pátina del metal, pinta… Es un artista maniático, cuadriculado, comprometido pudiendo llegar a ser un tanto espinoso y parecer intransigente. Por otro lado es siempre muy respetuoso, ama la vida, es gregario y le gusta el contacto con las personas.

La Prueba de Artista número I/IV corresponde a dos esculturas numeradas. Moline ha creado su matriz en barro. Pero desea que las dimensiones de su estructura sean respetadas. Es por esta razón que no cuece su matriz para evitar así perder las medidas en el momento de la cocción del barro. Es sabido que el artista da una gran importancia a la simbología en general y a las medidas en particular dando a entender que no desea que la matriz se destruya, al desmoldarla.

La Prueba de Artista número II/IV corresponde también a otras dos esculturas numeradas. Estas dos piezas están montadas con una nariz en oro macizo. Pero ¿por qué en oro? El artista desea subrayar a través de la nariz de oro de Léon el inicio de su recuperación anímica y la reparación de su vida sexual. Además resalta este símbolo con un oro más brillante que el de 18 quilates. El artista realiza un guiño al día de su nacimiento (22) utilizando oro de 22 quilates. En esta versión el bronce de Léon está recubierto por una pintura negra mate llamando así la atención sobre la parte más importante de la figura: la nariz. Este bronce definitivo está creado en dos etapas. Se trata, inicialmente de una figura sin nariz. El artista añade la nariz que ha fabricado, a posteriori, utilizando técnicas de protésico dental y fijándola sobre la figura de forma mecánica.

La Prueba de Artista número III/IV y su correspondencia con otras dos esculturas numeradas. Son el reflejo de la lucha del artista y posterior victoria sobre la enfermedad gracias al ARTE. Es el momento en el que crea a Léon con colores, es decir, sin pátina y con pulido espejo. Sólo la cera incolora protege la escultura para ser lo más llamativa posible a los ojos del espectador.

La Prueba de Artista número IV/IV y su correspondencia con otras dos esculturas numeradas. Es la etapa final. Moline está totalmente restablecido de su depresión. Vuelve a ser una persona gregaria, respetuosa, amable y recupera su buen humor. Vuelve a ser él mismo. Deja atrás un mundo de tristeza para volver a enfrentarse a la vida en color, sin olvidar, naturalmente, su pasado lleno de experiencias. Es el momento en el que añade color a esta última serie.

Esta serie es, además, un homenaje del artista Moline a la memoria de Roland CHANCO, magnífico pintor y maestro, así como a su padre, amante de la pintura y del arte.

Moline.